Las ostras son un marisco cargado de estilo. Si vas a una fiesta llena de glamour, no puede faltar este preciado molusco acompañado de vino o champagne. Son tan estilosas que en su interior incluso pueden contener perlas. Pero ¿sabes de dónde vienen las ostras?

A nivel mundial hay grandes productores como China, Japón, Francia o Estados Unidos. En el caso de España, aunque hay otras especies con mayor cuota de mercado, la ostra también tiene su importancia, especialmente en Galicia, Asturias, Cantabria y la zona mediterránea del Delta del Ebro.

Las ostras más comunes

En el mundo de las ostras hay muchas variedades, pero en España, hay dos que destacan por encima del resto.

• Ostra común: esta especie, de la variedad Ostrea Edulis es también conocida como Plana o Europea. Es la más producida en Galicia.
• Ostra u ostión japonés: de la variedad Crassostrea Gigas, es la más extendida a nivel mundial y en España se produce en la zona de Asturias y Galicia, donde también la conocen como Rizada.

También se dan otros tipos de ostras como la Portuguesa en la desembocadura del Guadiana y el Guadalquivir en Andalucía y la Mediterránea en la zona costera del mismo nombre.

¿Cómo se producen las ostras?

Al igual que existen muchas variedades, también hay diferentes formas de cultivo para lograr este preciado manjar. Entre las más comunes están:

• En balsas o bateas: si alguna vez has visitado las Rías Baixas gallegas seguro que has visto unas grandes estructuras de madera flotando en el medio del mar. Esos lugares, conocidos como bateas, son la base de donde cuelgan las cuerdas donde se pegan las ostras, los mejillones y otras especies para su engorde.
• En parrillas: a diferencia de lo que ocurre en Galicia, donde el molusco siempre está sumergido, en regiones como Asturias, la técnica utilizada es la de parrilas, unas bandejas donde se coloca el molusco y va alternando fases sumergidas, donde se alimenta, y fases sin agua. El ritmo lo marca la subida y bajada de la marea.

Y ahora que ya sabes de donde vienen las ostras y estamos seguros que te entraron ganas de comerte unas, te dejamos dos propuestas que seguro te sorprenderán por su sabor. Para su elaboración se utilizan variedades de la familia Crassotea Gigas.

La primera es una versión con raíces muy gallegas, ya que están preparadas al albariño y con queso ahumado. Y la segunda es para los amantes de la gastronomía asiática, ya que están acompañadas de una crema aka miso.

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